Tuve que elegir entre el clavo ardiendo
o la temida caída al vacío.
Siempre me paralizó la acrofobia
y la posibilidad de vivir
tras el impacto es mínima.
Pero nunca se sabe;
mientras tanto, disfruto del paisaje.
En los cotiledones nace el tiempo, pero el tiempo es granizo que no cesa. Eso ya no importa mucho ahora que la hoja, desmembrada, cae ha...
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