A Inés.
Al
pueblo gallego.
... pois, onde quer, xigante
a nosa voz pregoa
a redenzón da boa
Nazón de Breogán.
Eduardo Pondal
Hubo
un tiempo en que el hombre
amasaba con sus manos las eras.
La madrugada olía
a bosta reseca y a leche hervida,
a semilla tibia recién plantada,
y en cualquier lareira se cocinaba
toda la bonanza de la cosecha.
¿Qué sucedió esa noche de octubre?
Que el viento escupió fuego.
Un
descomunal bramido de lava
carbonizaba
salgueiros y carballos.
Las casas se abrasaban.
Pero
renació la energía celta.
Aunque
la yesca acuchillaba sus dedos,
los
hombres arañaron
terrenos
con más fuerza.
Sus
hombros eran ríos,
fontanas,
manantiales.
Cada
héroe intentaba
domesticar
incendios.
¿Y qué pasó después?
Que
con sus lágrimas, líquido amniótico,
y
el sudor de su frente
reverdeció
la tierra,
y
cuando amaneció,
las
eras y las manos de los hombres
manchadas
de ceniza
olían a savia
de fieito
y a semilla tibia recién plantada.
y a semilla tibia recién plantada.
Precioso.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Antonio! Un placer que te guste :)
EliminarMuy hermoso poema
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Edith! Qué alegría que te guste :) Abrazos.
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