jueves, 21 de marzo de 2019

Libre

                                                 Je est un autre.

Encerrado en estas cuatro paredes,
bajo la luz mantecosa del flexo
cuando avanza la noche hacia el deshielo
de mis costras, 
                                   soy libre.

Donde mi geografía vertebrada
no es cuarzo sino mar,
abandono la sangre que naufraga
de lunes a viernes de nueve a seis,
y me intuyo trapecista esquivando
de nuevo la caída. 
Escucho mi respiración,
                                   soy libre.

Me llueven logaritmos de las manos;
solo soy un haz de piel magullada
que busca en el mundo su trascendencia,
que ansía tropezar 
con el lloro amoratado del verbo,
descoagular mortajas sin nombre.

Y hurgo entre preguntas
que ondean en el aire
con la torpeza de un topo famélico,
de quien palpa el caos para ordenarlo,
para desentrañar aquello que invocamos:
la fragilidad calcárea de un cuerpo.
(Sí, también pienso en ti).

Los recuerdos crujen bajo mi lengua
como cáscaras de constelaciones.
Desde el infinito campo de venas
derretidas, escuchadme, 
                                    soy libre.




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