domingo, 22 de enero de 2023

Meng Po invita a té


Que tu recuerdo flote

como un pellizco acuoso

manchado por neblina

o el regusto de la leche cortada.

Que al nombrarte resuenen 

ecos presos en cuevas antiquísimas

y solo me llegue un ligero olor

a madera quemada.

Que al tropezarme contigo en la calle

mi paso se convierta en herradura

y deseche tu huella como quien sacrifica

predicciones de estelas.

Que me resulte ajena la materia

con que tus brazos construían cimas.

Porque quiero que seas

el granizo que cesa,

el parpadeo después de un destello,

aquel incidente sin importancia

sobre el que echar un velo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hijas de la abundancia

  En los cotiledones nace el tiempo, pero el tiempo es granizo que no cesa.  Eso ya no importa mucho  ahora que la hoja, desmembrada, cae ha...